Después de que el curso escolar ya ha comenzado, la
actividad familiar de ocio se ve reducida a disfrutarla durante los fines de
semana.
Además, no hace siempre buen tiempo para disfrutar de
actividades al aire libre. Por lo tanto, en los días lluviosos, qué mejor
alternativa que disfrutar de unos momentos compartiendo con la familia y
jugando a juegos de mesa.
Los juegos de mesa traen consigo muchos beneficios y
aprendizaje para los más peques (y también para los mayores).
COMPARTIR EMOCIONES
Los juegos de mesa ponen en práctica valores como la cooperación,
el trabajo en equipo y la implicación de cada uno de los jugadores, puesto que
si uno de ellos no lo entiende bien, el juego no seria tan divertido.
Durante el juego, se viven y se canalizan varios tipos de
emociones. Si el juego de mesa es de hacer grupos, se trabajará la comunicación
con quién se esté jugando. Además ambos sentirán y tendrán que lidiar con las
mismas emociones tanto si gana como si pierde.
Estas emociones compartidas con tus hijos permitirán crear
un vínculo más fuerte y también ayudará a conocer cómo es cada uno en una
situación diferente a la habitual.
TOLERAR NORMAS Y FRUSTRACIONES
Cada juego de mesa tiene unas normas a seguir. Se les debe
explicar en qué consisten y ayudarles a entender el rol del juego. Además,
hacerles comprender que deben de regirse por unas pautas establecidas y no por
lo que ellos prefieran, porque, como en muchas situaciones que irán encontrando
en su entorno, deben de aceptar esas normas. La cuestión es que comprendan que
respetando el espacio de los demás, uno puede seguir tomando sus decisiones y
conseguir lo que se proponga.
Aprender a canalizar las frustraciones mientras se está
jugando ayudará a comprender que las cosas no siempre salen como se quiere,
pero que, aunque se haya “fracasado” se ha de aceptar y volver a intentarlo en
la siguiente partida siendo consciente de los fallos y de cómo mejorar.
REFUERZO DEL AUTOESTIMA
Lograr ganar una partida hará que la autoestima del peque se
refuerce dándose cuenta de que realmente puede ganar gracias a su astucia y
rapidez.
ENTRENAR EL RENDIMIENTO MENTAL DEL PEQUE
Ejercitar la memoria, la capacidad de negociación o bien la
capacidad analítica es otro de los beneficios de disfrutar de un buen juego de
mesa en compañía.
Además ayudan a evaluar las situaciones que van aconteciendo
a cada uno de los jugadores y así poder aprender también de los fallos de los
demás.
También hay otros tipos de juegos en los que deberán mostrar
una mayor agudeza mental para expresar una idea. Es el caso de aquellos juegos
que hacen usar la mímica o definir un concepto tras la omisión de una palabra
clave. Un reto total en el que se deberá poner el máximo empeño en el
desarrollo de la creatividad y la ingeniosidad.
Los juegos de mesa son en definitiva un buen modo de
invertir el tiempo en familia. Proporcionarán una experiencia con risas,
nervios, sentimiento de gloria o de enfado.
Ya sabéis, ¡al mal tiempo… juegos de mesa!
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